¿Quien no ha bailado y reído al compás de la música más alegre y contagiante durante el punto culminante de una amena recepción, con el infaltable trencito y ataviado con los sombreros y antifaces más estrambóticos, pitos, serpentinas y confetis? Así se muestra la hora mas ansiada de la celebracion: la hora del cotillon.
Siempre ligado a las fiestas, el cotillon tiene su punto de partida en la Francia de los siglos XVIII y XIX, cuando se dio ese nombre al momento en el que se ejecutaba una danza con la que siempre se culminaba la festividad. Durante la última década el cotillon es el Rey de la fiesta, no solo en la noche de fin de años sino en cualquier celebracion que implique un alboroto. Su producción representa incluso buena parte de la preparación de una recepción que desee hacerse respetar. Existen diversos motivos para organizar y darle vida a un cotillon como por ejemplo la música calipso, zamba o tambor venezolano, acompañado de trajes de fantasia para los novios o para la quinceañera, los cuales deben resaltar del resto de los invitados. Antes este duraba de 15 a 30 minutos, pero en la actualidad empieza alrededor de la 01:00 a.m. y se extiende hasta el final de la fiesta. Definitivamente el cotillon se ha convertido en algo primordial de toda recepción o celebracion y podríamos decir algo muy puntual: sin cotillon, no hay fiesta.
Siempre ligado a las fiestas, el cotillon tiene su punto de partida en la Francia de los siglos XVIII y XIX, cuando se dio ese nombre al momento en el que se ejecutaba una danza con la que siempre se culminaba la festividad. Durante la última década el cotillon es el Rey de la fiesta, no solo en la noche de fin de años sino en cualquier celebracion que implique un alboroto. Su producción representa incluso buena parte de la preparación de una recepción que desee hacerse respetar. Existen diversos motivos para organizar y darle vida a un cotillon como por ejemplo la música calipso, zamba o tambor venezolano, acompañado de trajes de fantasia para los novios o para la quinceañera, los cuales deben resaltar del resto de los invitados. Antes este duraba de 15 a 30 minutos, pero en la actualidad empieza alrededor de la 01:00 a.m. y se extiende hasta el final de la fiesta. Definitivamente el cotillon se ha convertido en algo primordial de toda recepción o celebracion y podríamos decir algo muy puntual: sin cotillon, no hay fiesta.
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